Las infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos son más difíciles de tratar, lo que se traduce en costes médicos más elevados, estancias hospitalarias prolongadas y una mayor mortalidad. Si se controlan los microbios, se pueden prevenir las infecciones y, por lo tanto, se puede reducir la necesidad de antibióticos.6
Las iniciativas de optimización de los antimicrobianos, para formar a los profesionales sanitarios y controlar la prescripción y el uso de antibióticos, pueden reducir la probabilidad de resistencia a los antimicrobianos. Para que estas sean realmente eficaces, se deben tomar medidas en todos los niveles del cuidado de heridas, desde las clínicas especializadas en cuidado de heridas hasta el cuidado en el hogar.