Antisépticos:
Los antisépticos, como la povidona yodada y la clorhexidina, son agentes eficaces en la reducción de la carga bacteriana en heridas, actuando como potentes bactericidas. Su aplicación directa ayuda a prevenir infecciones y a mantener un entorno propicio para la cicatrización. Es vital considerar la tolerancia del paciente y las características específicas de la herida al seleccionar un antiséptico.
Antibióticos tópicos:
Los antibióticos tópicos, como la neomicina, la bacitracina, la ciprofloxacina y la gentamicina, son efectivos en el control de infecciones bacterianas en heridas, incluyendo aquellas causadas por Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa. No obstante, su uso debe limitarse a casos específicos, ya que el riesgo de resistencia antimicrobiana es una consideración importante.
Apósitos con plata:
Los apósitos con plata son conocidos por sus propiedades antimicrobianas de amplio espectro, siendo especialmente útiles en heridas con alto riesgo de infección y pueden ser una elección valiosa en situaciones específicas. La duración del uso y la frecuencia de cambio deben determinarse según la evaluación clínica. Es aconsejable también reducir el uso de este tipo de apósitos debido a un aumento a la resistencia antimicrobiana, manteniendo la plata en heridas como una opción considerada cuidadosamente.